Hungría

Tue, Jul 17, 2007 3-minute read

Budapest, la capital del porno.

Esto era prácticamente todo lo que sabía sobre Hungría. Aparte de que el Remedy Lane empieza en Buda, y de que el Danubio divide Buda de Pest. Y de que es azul.

Cosa que es mentira: es marrón caca.

También había oído que Budapest era una ciudad de ensueño. Pero… ¿tanto? Ni hablar, se tiene que ir allí para descubrirlo por uno mismo.

Estaba en un intercambio cultural con la universidad politécnica de Budapest. Fue, sin duda, la mejor manera de conocer Hungría, pues nos levantaban cada mañana para ir de excursión o visitar algún monumento de la ciudad o del país.

Después de un primer día visitando la ciudad en un larguíssimo City Rally, nos fuimos a una discoteca que valía 100 Florines que vienen a ser 30 centimos de €. Cerveza barata, chicas de la capital del porno y un karaoke que usé para un Sweet Child O’Mine.

Al día siguiente nos fuímos a Esztergom, la ciudad principal de Hungría en la época romana y frontera con Eslovaquia. Subimos arriba de una de las basílicas más grandes que haya visto nunca.

Allí aprovechamos para cruzar el Danubio e ir a Eslovaquia a tomar unas cervezas. Los precios seguían siendo de risa: 25 céntimos de € por medio litro de excelente cerveza eslovaca en un buen pub con música des de Radiohead hasta Tool. Sublime.

El tercer día nos fuimos a visitar el parlamento y el banco húngaro. Me hice un billete con mi cara, aunque no puedas comprar nada con él y sólo sea otro souvenir más para atraer a la ansia de los guiris.

Entonces, esa misma tarde, llegó el gran pepino: Balneario al lado del Danubio con 2 piscinas descubiertas y 6 piscinas cubiertas, todas con diferentes temperaturas, vapores, masajes, saunas y, otra vez, chicas húngaras. Hungría es, después de Islandia, el país con más actividad termal del mundo. Por eso son tan populares los Balnearios allí. Perfecto.

Al día siguiente fuímos a visitar la antigua ciudadela de Buda, y allí había La Calle del Lord. En Húngaro es “URI UTCA”. Mi calle, por supuesto.

Luego por la tarde nos fuímos al lago Balaton y nos quedamos allí un par de noches. Estuvo genial, y hasta navegamos con un pequeño velero en medio de las aguas turquesas no transparentes del Balaton. Por cierto, que es el lago más grande de Europa. O eso me dijeron.

Después de un par de esos tres días por el Balaton, volvimos a Buda y visitamos las cuevas subterráneas que mantienen a la ciudad a flote. Eran unas cuevas como las que describió Julio Verne en su Viaje al Centro de la Tierra. Oscuridad y silencio absoluto, solamente interrumpidos por alguna pequeña gota de agua que hacía eco por sus infinitas cámaras.

Un viaje espectacular, con una gente maravillosa que nos acogió allí. Muchas gracias por hacer de este viaje uno de los mejores sin duda.

Otro enamorado más de Hungría. Debo volver.